Pecados Capitales: ATARY
Laurie es una joven de dieciocho años educada bajo una serie de reglas inculcadas por su autoritaria madre: No salgas de fiesta, no te emborraches, no mientas, no te fijes en chicos, no peques. En definitiva, no caigas en la tentación. Siempre ha sido dulce y recatada, incapaz de desobedecerla, pues la rebeldía no está presente en su vocabulario. Pero todo esto cambia con la aparición de un misterioso estudiante que es sinónimo de peligro y perdición.
Eres libre de romper las reglas pero después atente a las consecuencias.
Pecados Capitales: NIKOLA
El caos se ha desatado en Escocia. Lilith y Erzsébet están en paradero desconocido y Laurie ha terminado convirtiéndose en lo que más temía: un vampiro. Para pasar con éxito la transición deberá beber la sangre de una persona hasta el punto de vaciarla, llevándola a la muerte. Laurie se niega, pues está en contra de sus principios y no quiere hacer crecer al monstruo que ha nacido en su interior. El problema es que si no lo hace terminará muerta y su segundo mayor miedo es ese: No volver a despertar. ¿Y si se enterase de que hay una forma para volver a la vida? ¿Y si para salvarte tuvieras que sacrificar a una persona que amas? Cuando el amor es tu mayor pecado y vivir tu perdición, la muerte no espera y debes renunciar a uno de los dos.
Te has saltado las reglas, ahora sufrirás las consecuencias.
Pecados Capitales: LAURIE
La oscuridad se expande a un ritmo incontrolado. Han liberado al ángel caído más temido por toda la humanidad, y los dhampir desconocen su paradero. Por eso, Laurie tendrá que asimilar su nueva condición y lidiar con todas las muertes de las personas que le importan. Ya no tendrá el apoyo de Nikola y la traición de Atary pesa sobre su mente, recordando la regla que nunca debió olvidar: No confíes en nadie. Por eso ha llegado el momento de luchar, de vengar a sus seres queridos e intentar recuperar todo aquello que perdió. ¿Será capaz de enfrentarse a los padres del mal? ¿O sucumbirá a la oscuridad que la acompaña? Ha llegado el momento de escoger su camino, de librarse de la tentación que la persigue desde que era una niña. Solo ella puede decidir el destino de la humanidad, solo ella puede enfrentarse a sus mayores miedos. Pero, ¿a qué precio? Cuando la culpa te asfixie y la tristeza se adhiera a tu corazón, rompe sus espinas o lentamente perderás la razón.
Has sufrido las consecuencias, así que ha llegado el momento de seguir tus propias reglas.